Entre los muchos productos que nos brindan las abejas, el Polen es uno de los más completos y energizantes. Las abejas extraen el polen de las flores, forman pequeñas bolas con él y lo almacenan en sus panales, en pequeñas celdas especialmente dedicadas a este fin. Este polen está fortificado además con el néctar con el que elaboran la miel, lo que aumenta sus propiedades nutritivas y los beneficios para la salud.
El Polen contiene proteínas (casi todos los aminoácidos esenciales), y es la mayor fuente conocida de vitaminas, minerales e hidratos de carbono.
El Polen es un polvillo producido por los órganos masculinos de las plantas, encargado de fecundar sus órganos femeninos. Las abejas recogen el polen de las flores con sus patas y lo humedecen con néctar dándole forma de pequeñas bolas que transportan a la colmena para alimentar a las abejas obreras. Mediante estos viajes de flor en flor contribuyen, desinteresadamente, a la polinización de muchas especies.
El polen de abeja es una fuente natural de salud. El polen contiene, de forma muy completa, todos los elementos indispensables para la vida de todo organismo, elementos que no podrían conseguirse de forma artificial ni con los métodos más sofisticados. Su riqueza hace de este producto natural un estupendo complemento alimenticio, con gran participación en el mantenimiento de nuestra salud.
PROPIEDADES DEL POLEN DE ABEJAS
El polen gracias a su alto porcentaje en hidratos de carbono lo convierten en un complemento alimenticio ideal en periodos de escasa energía. Contiene un 20% de proteínas (indispensables para el buen funcionamiento del organismo) y un gran número de minerales y oligoelementos que ayudan a la función celular, muscular y esquelética. Su aporte en vitamina A lo hace un aliado en fases de crecimiento y la vitamina B equilibra el sistema nervioso.
Desde hace siglos, la medicina empírica ha atribuido al polen múltiples virtudes, igual que los agricultores, que conocen muy a fondo la importancia del polen en la vida de la colmena. Representa el principal alimento de las abejas; de ahí que se conozca por el “pan de las abejas”.
Pero incluso ante tales constataciones, la idea de que el polen pudiera ser de interés en dietética es relativamente reciente. Su estudio y análisis sistemático se remonta a pocas decenas de años a partir de trabajos como los de los doctores Loureaux, Lenormand y Laurizio. Así, a través de estudios en animales y en el hombre ,se ha llegado a conocer el polen y sus características mas genéricas. Se ha puesto en evidencia que es totalmente inocuo, y se ha constatado el efecto acelerador del crecimiento, una acción sobre la reproducción y la existencia efectiva de sustancias antibióticas activas.
Sus virtudes nutritivas, enérgicas y metabólicas ya no se ponen en duda. Se destacan especialmente las siguientes:
- Un aumento de las tasas de hemoglobina en sangre en las anemias.
- Una rápida recuperación de peso en las personas muy delgadas.
- Un aumento en la vitalidad en general.
MODOS DE CONSUMIR EL POLEN
El sabor del polen no tiene por que gustar a todo el mundo. Pero para ello existen muchas alternativas de disfrutarlo.
Hay quien mastica tranquilamente el polen hasta deshacerlo por completo en la boca; hay quien se ayuda a tragarlo con un sorbo de agua. Pero si ninguna de estas formas vuelven sencilla la tarea de tomarse una cucharada de polen, se puede disolver en jugo de naranja o en leche y añadirle un poco de miel; es una excelente manera de conseguirlo.
Y quien prefiera masticarlo puede hacerlo mezclando el polen con yogur, miel o mermelada.
También están los productos ya preparados a base de polen, otra forma cómoda y efectiva de tomar polen con frecuencia.