La abeja es uno de los tantos insectos benéficos para el hombre. La organización de la colmena está basada pura y exclusivamente en el trabajo.
Las obreras recorren un radio de hasta tres kilómetros en busca de polen y propóleos (elaborado en base a resinas de los árboles), para llevarlos a la colmena y depositarlos en las celdillas del panal.
Un grupo de obreras cuida celosamente el producto con el que alimentarán los huevos que pone la reina, los que posteriormente se transformarán en nuevas obreras que posibilitarán la subsistencia de la colmena.
La comida
Dentro de la colmena hay una constante circulación de comida, porque hay abejas que le entregan el polen recogido a otras obreras. En ese sistema de intercambio también circulan sustancias químicas de abeja a abeja y son esas sustancias las que regulan la producción de las distintas clases sociales que conforman la colmena.
Si dentro de la colmena hay una reina activa (poniendo huevos), no se producen otras reinas. Cuando su producción de huevos decae o el insecto muere, las obreras construyen las celdas reales (son más grandes que las demás) en las que se va a criar la futura reina.
¿Por qué las abejas no se equivocan de cajón? Porque cada colmena posee un olor propio. Todos los integrantes de una misma colmena llevan ese olor, porque comen alimento elaborado por la boca de sus compañeros.
El trabajo
Los panales son confeccionados con placas de cera que es secretada por glándulas que las abejas tienen en el abdomen. La reina pondrá sus huevos en cada una de las celdas y, cuando las larvas eclosionen del huevo, serán alimentadas en base a miel y polen.
Ya desarrolladas, las larvas se encerrarán en una celda y, cuando se conviertan en una abeja adulta, saldrán rompiendo la cubierta que las había aislado.
Pero la función de las abejas obreras no es sólo la de recoger alimento y atender a la reina; también tienen que limpiar la colmena y renovar el aire con las alas.
Cada colmena tiene un olor propio. Eso permite que cada abeja vuelva siempre a su cajón y no se equivoque.
Más que miel
Las colmenas no sólo producen miel. Hay otros productos, que son igual de valiosos o más aún.
MIEL: Es elaborada a partir del néctar recolectado de las flores y almacenado en su primer estómago, donde es digerido y parcialmente convertido en miel.
Dentro de la colmena, la miel se encuentra en estado líquido (luego de ser cosechada granula). Es un producto rico en oligoelementos, minerales y vitaminas, resultando un gran complemento en la dieta. Entre los oligoelementos se puede citar: calcio, hierro, magnesio, potasio, cobre y zinc. También tiene flavonoides, altamente distribuidos en el reino vegetal. Estos compuestos tienen capacidad antioxidante de la vitamina C.
La miel es un gran energizante, porque tiene componentes como glucosa y fructosa, que son absorbidos directamente en el tubo digestivo, aportando energía a los músculos esqueléticos. Como edulcorante, tiene un potencial una vez y media mayor que la sacarosa o el azúcar.
CERA: Es producto de la segregación de unas glándulas que la abeja tiene en el abdomen. Con ella se confeccionan las celdas (panales) que conforman las estructuras básicas de la colmena. Este producto se emplea en cosmética, artículos farmacéuticos, de tocador, abrillantadores y artículos artesanales, como las velas.
PROPÓLEO: Es elaborado a partir de las resinas que las abejas recogen de algunos árboles. Se usa como antibiótico natural, agente antiviral y antihongos. También se utiliza como suplemento dietético, ya que mejora el sistema inmunológico y es un gran antioxidante, antimicrobiano, antinflamatorio. La presencia de flavonoides ayuda a mejorar el estado de salud de quien los incorpora en la dieta.
JALEA REAL: Es un líquido producido por una mezcla de las secreciones de las glándulas de las abejas obreras. Es el único alimento que consume la reina durante toda su vida.
Es una valiosa fuente de vitaminas del complejo B y aporta grandes cantidades de oligoelementos y sustancias con capacidad hormonal. Posee ácido graso no saturado, un poderoso antimicrobiano que protege al producto de su descomposición.
Entre sus beneficios para la salud, ayuda a mejorar la memoria, produce un efecto rejuvenecedor, y mejora la circulación, la piel y el cabello. Es un poderoso energizante, destacándose en los hombres su capacidad de mejorar la potencia sexual.
VENENO: La apitoxina se ha convertido en una terapia alternativa para diversas afecciones. El veneno de abeja (Apis melifera) es un remedio que tiene cientos de años y se basó en que los apicultores, que estaban expuestos permanentemente a las picaduras del insecto, aliviaban sus dolores o incluso curaban dolencias de naturaleza reumática. Se usa en pacientes con reumatoides, artrosis, lumbociática, fibromialgias, migrañas y psoriasis.
POLEN: Los granos están compuestos por miles de corpúsculos microscópicos que contienen aminoácidos, lípidos, vitaminas, flavonoides, oligoelementos, minerales y fibra. Contiene los ocho aminoácidos esenciales para el hombre. La presencia de fibras y ácidos grasos no saturados en el polen ayuda a reducir el colesterol.