Tras un verano de distensión y ocio se hace difícil, tanto para los niños como para los mayores, volver a someterse a horarios, exigencias y obligaciones. La vuelta a clase supone un cambio importante en los horarios de los más pequeños por lo que es normal que se sientan más cansados. Septiembre es el mes en el que comienzan de nuevo los madrugones, cargar con las pesadas mochilas y atender a varias horas de clase a lo largo del día. En ocasiones, al acabar la jornada escolar, el niño continúa acudiendo a clases extraescolares, realizando deporte…, por lo que una alimentación adecuada es un factor muy importante para que los más pequeños tengan fuerza y ánimo durante todo el día. LEER